Este libro señala la importancia y la necesidad del diálogo entre las espiritualidades como una de las soluciones para alcanzar y mantener una convivencia serena y benéfica. Antes bien, tendremos que concebir cada espiritualidad como camino abierto, capaz de impulsarnos críticamente hacia otros caminos como son: los saberes cibernéticos, la diversidad cultural, la vida de los pueblos, la inculturación, la interculturalidad, la internalización, interconfesionalidad, etcétera.
La espiritualidad, que trata este libro, da sentido, vitalidad y unidad a todo lo que hace la persona, da forma y color a cada aspecto de la vida humana. De manera general, funge al desarrollo de la personalidad como modalidad en relación.