¿Recuerdas la última vez que algo te dejó sin palabras?
A medida que crecemos, la rutina, las responsabilidades y las certezas parecen relegar el asombro a un rincón olvidado de la infancia. Pero ¿y si esa chispa no estuviera perdida, sino simplemente dormida? Este libro es una invitación a despertar de nuevo la curiosidad, a recuperar la capacidad de maravillarnos por lo cotidiano y a hacer del asombro una práctica deliberada, no un accidente ocasional.
El arte de seguir asombrándose no promete respuestas definitivas, sino preguntas que abren puertas. Explora cómo la curiosidad puede convertirse en una brújula vital, cómo el propósito nace muchas veces del deseo de explorar y no de la necesidad de llegar, y cómo podemos comprometernos con lo no resuelto sin perder la calma, la creatividad o la alegría.
Con una voz cercana y reflexiva, este libro te acompañará en el viaje hacia una vida más atenta, más abierta y profundamente viva. Porque el asombro no es un lujo: es una forma de mirar el mundo que puede transformarlo todo.