-Soy un fantasma y tú eres un chico que puede ver fantasmas. Ambos somos raros. Mi nombre es Sam.

Después de que Keith Derringer tuvo un accidente automovilístico y perdió a sus padres, de repente se encontró viendo cosas que otros no veían.
Esta habilidad lo hizo indistinguible de los humanos y los espíritus.
Y eso lo hizo parecer raro.
Después de mudarse de casa, de escuela y a una nueva ciudad, se dijo a sí mismo que incluso si viera algo que no debería haber visto, no sería el primero en saludar.
Pero en su nuevo dormitorio también vivía alguien más, alguien que se propuso hacer cualquier cosa necesaria para llamar su atención.

Advertencia
Está historia contiene bullying escolar, suicidio y depresión.