Al abrir este libro, el lector no solo se adentra en la historia de una mujer que lucha por comprenderse a sí
misma en medio del caos de sus relaciones. También se adentra en una meditación sobre la naturaleza misma de
la vida. La autora no nos ofrece respuestas fáciles, porque sabe que no las hay. Lo que nos ofrece, en cambio,
es una visión honesta y conmovedora de lo que significa ser humano.

Así, querido lector, te invito a entrar en este mundo con la mente abierta y el corazón dispuesto a sentir. Permítete ser testigo de los amores de Raquel, porque en ellos quizás encuentres ecos de tus propias vivencias, de tus propios deseos y miedos. Y quizás, al final de este viaje, solo quizás, descubras al igual que yo, un humilde lector, lo que realmente buscamos en el eco, en el silencio de nuestro corazón.