Ser como un quijote ideal es semejante a un sublime ser que antepone lo ideal a lo real. Con afán de ayudar a los necesitados de nuestro mundo nació el quijote ideal, aun sin caballo, espada, escudo, lanza ni armadura, arremete contra la maldad, la falsedad y la hipocresía. Sobre la grandeza y miseria de la condición humana se han compuesto muchos libros, sin embargo, ¿podemos dudar de los ideales del ser que se siente un quijote, o son inalcanzables? Siendo un idealista, defensor de causas ajenas en nombre de la justicia, posee un poderoso afán para cambiar el desaliento y la mediocridad que reina en el presente. La realidad visible de nuestro mundo lo es de locura, de desorden, de completo abandono de la dignidad humana.