Los simuladores de las aeronaves forman parte de la vida profesional de cada piloto. Dentro de estos, los pilotos aprenden a gestionar las operaciones anormales, no solo considerando fallas mecánicas, sino cualquier situación que pudiera poner en riesgo la seguridad del vuelo.

Los pilotos de líneas aéreas tienen la obligación de demostrar su desempeño en simulador cada seis o doce meses, dependiendo de cada compañía. En estas sesiones de simulador, no solo se evalúa a los pilotos en sus maniobras y gestión del vuelo, sino también el trabajo en equipo, el liderazgo, y la capacidad de tomar decisiones ante situaciones extremadamente críticas.

Adicionalmente, las sesiones de simulador son de carácter instructivo, donde un instructor ofrece un entrenamiento específico a cada tripulación, con el objeto de sumar conocimientos acerca de la gestión de las operaciones anormales.

Un simulador puede convertirse en tu mejor amigo, o en tu peor enemigo, dependiendo del enfoque que le otorgues. En esta obra, aprenderás a darle el lugar que le corresponde a un simulador, y se convertirá en tu mejor aliado, ya que esa es su finalidad.