Miguel de Cervantes (1547-1616) ejerció las más variadas profesiones antes de dedicarse plenamente a la literatura. Entró en Roma al servicio del cardenal Acquaviva, fue soldado en la batalla de Lepanto (1571), estuvo cinco años cautivo en Argel y ejerció como comisario real de abastos para la Armada Invencible. Tales oficios le reportaron una experiencia humana que supo plasmar magistralmente en todas sus obras. En el campo teatral cultivó la tragedia, la tragicomedia, la comedia y el entremés. De su producción poética cabe destacar
Viaje del Parnaso (1614), un verdadero testamento literario y espiritual. Pero sin duda es en el terreno de la narrativa donde Cervantes se impuso a sus contemporáneos y obtuvo logros que le valdrían el título de creador de la novela moderna, con libros como
La Galatea (1585),
Don Quijote de la Mancha (1605 y 1615),
Novelas ejemplares (1613), y, póstumamente,
Los trabajos de Persiles y Sigismunda (1617).
Francisco Rico es filólogo e historiador de la literatura, es catedrático emérito de Literaturas Hispánicas Medievales en la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro de la Real Academia Española desde 1987, así como de la Accademia dei Lincei, el Institut de France y la British Academy, entre otras. Ha editado clásicos medievales y del Siglo de Oro español, en especial el
Quijote, y ha escrito sobre literatura e historia medieval y renacentista, con particular atención al Humanismo y sobre todo Petrarca. Ha dirigido asimismo la
Historia y crítica de la literatura española y en la actualidad dirige la Biblioteca Clásica de la Real Academia Española. En 1998 ganó el XII Premio Internacional Menéndez Pelayo, en el 2004 el Nacional de Investigación Ramón Menéndez Pidal, en el 2013 el Internacional de Ensayo Caballero Bonald y el Internacional Alfonso Reyes del Colegio de México.