Magdalena: La Historia que nadie contó.
Después de 2000 años el tiempo se detuvo y allí estaba yo, delante de un portal cristalino. No necesité entrar en él para ver lo que acontecía. La historia transcurría a gran velocidad ante mis cinco o seis sentidos y no fue necesario preguntar, quién más lo estaba viendo. Aunque las horas que pasaron en mi mente no sumaron más de cuatro minutos en el reloj, esto sigue siendo lo menos importante...